Los funcionarios de prisiones son empleados públicos encargados de la custodia y seguridad de los reclusos en centros penitenciarios. Su función principal es velar por el cumplimiento de las normas y reglamentos establecidos en la institución carcelaria, así como mantener el orden y la disciplina entre los internos.
Entre las tareas que realizan los funcionarios de prisiones se encuentran la supervisión de las celdas, la inspección de visitas, la realización de rondas de vigilancia, la gestión de incidentes y conflictos entre reclusos, la coordinación de actividades recreativas y educativas, entre otras.
Para ser funcionario de prisiones, se requiere de una formación específica y una carrera profesional dentro del ámbito de la administración penitenciaria. Además, es necesario superar un proceso de selección que incluye pruebas físicas, psicotécnicas y entrevistas personales.
Los funcionarios de prisiones desempeñan un papel fundamental en la reinserción social de los reclusos, contribuyendo a su rehabilitación y facilitando su retorno a la sociedad una vez cumplida su condena.
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